Perón fue elegido Presidente por primera vez el 24 de febrero 1946, luego de una muy breve campaña impulsada por el gran movimiento popular que nació el 17 de octubre de 1945.
Ya en ejercicio de la Presidencia, el 23 de mayo de 1947 encargó a los legisladores que integraban las cámaras legislativas nacionales “la organización de todas las fuerzas como Partido Único de la Revolución” en un intento por despersonalizar el movimiento, hasta que se resolviera de manera institucional su nombre definitivo.
El 21 de septiembre de 1947 se realizaron las primeras elecciones internas del Partido Peronista en 14 de los 15 distritos electorales del país. Se eligieron convencionales para el Congreso General Constituyente del Partido, quienes tuvieron a su cargo la redacción de la Carta Orgánica, la determinación del nombre del Partido y la designación de sus autoridades.
El 1º de diciembre de 1947, con la asistencia de 400 delegados, se aprobó la Carta Orgánica, que en su artículo primero decía: “Con el nombre de Partido Peronista queda definitivamente organizado el Movimiento de la Revolución Nacional…”
Perón insistía en que el Partido no debía denominarse como un derivado de su apellido. El Dr. Guillermo Staforini destacado laboralista que había asesorado a Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión recurrió al término Partido Justiciarista tomando como referencia la palabra “justicia”. Ese vocablo fue en el acto adoptado por el propio Perón, pero lo corrigió y lo llamó “JUSTICIALISTA”
Así surgió la doctrina en la que aparecen conciliadas la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política para el bienestar general, que además propuso una reconciliación armónica entre los derechos individuales y los de la comunidad.
Interpretación del símbolo
(Fuente: Fermín Chávez, “Historia y significado del escudo peronista”)
En la parte superior del escudo brilla un sol naciente: se trata del nacimiento de la epopeya popular y del hecho nuevo peronista.
También hay un ojo abierto. Es el Ojo Vigilante del Pueblo, que es Vox Dei, la voz de Dios, y Oculus Dei, ojo de Dios.
En el lado derecho están los laureles, símbolos de victoria y de gloria. También entre los laureles hay nódulos rojos redondos, que reflejan la tradición del Federalismo y del primer Radicalismo (1891 y 1893).
Después el gorro colorado, símbolo de la Libertad y la Liberación; también una idea republicana.
Están, además, dos manos unidas, es decir, la Unión Nacional, la colaboración de clases para una revolución no violenta.
Restan el azul y el blanco, que no hay que explicar, por ser los colores de la Nación.