El 17 de noviembre de 1972, hace ya 46 años, se produjo el primer regreso del General Perón a su patria tras 6.268 días de exilio forzado. La primera vez que pisó nuestro suelo tras el golpe de Estado perpetrado en su contra en 1955, y a raíz de cual fueron asesinadas cerca de dos mil personas, entre civiles y militares.
Si ben este fue su primer regreso, finalmente su instalación definitiva en nuestro país fue el 20 de junio de 1973.
Tal vez hoy nos resulte difícil comprender lo que significó para el peronismo ese día. Durante 18 años, millones de peronistas soñaron con ese regreso. 18 años de lucha, se sintetizaron en esa imagen de Perón pisando suelo argentino, protegido por el paraguas de Rucci. Por fin se concretaba una ilusión que hasta dolía, representada en el ahogado grito de PV escrito en paredones, árboles, y donde se pudiera, a escondidas, con esperanza, con rabia, desafiando al miedo y soñando con ese “VUELVE”.
En honor a todos los militantes que sufrieron persecución, cárcel y exilio, que arriesgaron y perdieron sus vidas mientras estuvo proscripto el peronismo en Argentina, ese día se ganó el nombre de “Día del Militante”.
Previo a su viaje, el día 7 de noviembre de 1972 Perón expresaba a sus 77 años las ansias de volver a su Patria. Compartimos aquí sus palabras.
“A pesar de mis años, un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mí no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible”.