El 23 de septiembre de 1947, en el marco de un acto frente a la sede de la CGT, el presidente Perón firmó el decreto presidencial que le otorgó a las mujeres de todo el país el derecho al voto revalidando así la ley 13.010 sancionada días antes por el Congreso Nacional.
El propio Perón, el pueblo argentino, y la historia reconocieron que esto fue posible gracias a la fuerza personal de Evita, y a su apasionada campaña a favor de los derechos políticos de la mujer, sintetizando en su delicada figura una lucha que se había iniciado en nuestro país a finales del siglo XIX.
Aunque ahora nos parezca insólito y absurdo el Código Civil de 1871 establecía que las mujeres no podían ser consideradas “capaces” para elegir a sus gobernantes.
Con su apasionada labor Eva logró que se hicieran realidad los objetivos de muchas luchadoras feministas como Cecilia Grierson, quien participó en 1889 del Segundo Congreso Internacional de Mujeres realizado en Londres y fundó el Consejo de Mujeres en septiembre de 1900. En 1907, la socialista Alicia Moreau de Justo creó el Comité Pro-Sufragio Femenino. También pugnaron por este derecho, entre otras, la doctora Elvira Dellepiane de Rawson, las poetisas Alfonsina Storni y Silvina Ocampo, quienes desde principios del siglo XX reclamaban la vigencia de ese derecho para las mujeres argentinas.
Cabe mencionar los esfuerzos en ese sentido que llevaron adelante varias personalidades de nuestra historia como el diputado socialista Alfredo Palacios, el gobernador de San Juan Aldo Cantoni miembro del Partido Radical Bloquista, y del diputado Mario Bravo, también socialista.
Comenzando por el proyecto de Palacios de 1911 se presentaron 22 iniciativas legislativas más para lograr esta ley que vio la luz 29 de septiembre de 1947, bajo el gobierno del General Perón, y que establecía en su primer artículo: “Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos.”
Quiso el destino que Evita ejerciera este derecho una sola vez. El día 11 de noviembre de 1951, pudo emitir su primer y último voto. Estaba en su hogar, en su cama, postrada por una enfermedad que ocho meses más tarde le provocó la muerte.
Esta icónica foto de Evita votando junto a la enfermera que le acerca una urna por primera y última vez resume y simboliza un hecho cívico fundamental que ya cumple 71 años.