Un 23 de mayo de 1947, el fenómeno social y político que el entonces Coronel Juan Domingo Perón había encabezado en 1945, fue legalmente constituido con la creación del Partido Justicialista en el que se concentraron todos los ideales que perduran hasta hoy.
Nacido de la unión de diversas corrientes políticas, que encontraron en Perón su síntesis más cabal se comprendió que la representación del electorado necesitaba una unidad institucional. Un primer intento fue la creación del Partido Único de la Revolución, pero la realidad era que la voz del pueblo en las calles y en las fábricas lo llamaba “partido peronista”. A fin de evitar un culto a la personalidad, Perón aceptó la propuesta del Dr. Stafforini, colaborador y experto en derecho laboral, de llamarlo “Partido Justicialista” remitiendo así a las consignas de justicia social reclamadas por los trabajadores.
La carta orgánica se debatió en el Congreso General Constituyente del 1° de diciembre del mismo año, donde 400 delegados fueron los encargados de aprobar: a) el nuevo nombre, b) los lineamientos que seguirían los afiliados y c) las autoridades del partido.
También fue elegido el diseño del escudo, uno de los primeros símbolos que representarían al Partido Justicialista. Tiempo después, en 1948, llegaría la “Marcha Peronista” de autor anónimo y se escucharían los tradicionales bombos.
En palabras del propio Juan Domingo Perón, en la apertura del Congreso en 1947:
“Por eso también he dicho muchas veces que este movimiento que nosotros representamos, que ahora está detrás de un hombre, ha de transformarse paulatinamente para colocarse detrás de una bandera y detrás de un ideal. De esa manera le habremos dado el sentido de perennidad a que me he referido.”