20 de junio es una fecha de conmemoración a una vida dedicada a la libertad y a la justicia: la de Manuel Belgrano. Su gesta como abogado y militar es la de un héroe de esos que nos gusta seguir en las ficciones de libros y películas.
Habiéndose preparado para una vida de privilegios desde la cuna, su preocupación siempre fue que su patria y sus hombres se formaran para vivir emancipados de las cadenas políticas y económicas. Sus acciones fueron las de un incansable luchador por los derechos en tiempos en que los hombres y sus bienes estaban sujetos a prebendas de clase.
La carrera militar la asumió como un patriota más, con las creencias máximas de fidelidad y compromiso. Bajo esas premisas pidió se reconociese la insignia celeste y blanca como bandera para sus ejércitos que ya lucían la escarapela, también creada por Belgrano como símbolo de identidad, al combatir contra los realistas. Los soldados le juraron lealtad, combatieron y murieron con honor por ella un 27 de febrero de 1812, sobre los dos márgenes del río Paraná.
No fue sino hasta 1938 que se promulgó la ley 12361 que determinó el 20 de junio como Día de la Bandera en honor a la muerte de Belgrano que luego de ser vital en las batallas por la independencia de España, murió en la pobreza más absoluta.