Hoy se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de nuestro líder Lorenzo Miguel. Hace 93 años, llegaba al mundo en el barrio porteño de Villa Lugano, sus padres arribaron al país con la primera generación de inmigrantes de Galicia. Desde pequeño debió colaborar con su sustento debido a la muerte prematura de su papá y eso templó su carácter y su mirada para con los trabajadores.
El desarrollo sostenido de la rama industrial en la sustitución de importaciones, producto del conflicto bélico que se avecinaba en Europa, lo llevó a sumarse como peón en la empresa CAMEA con apenas 18 años. Corría 1945, cuando el 17 de octubre marchó junto a sus compañeros y el movimiento obrero todo, para terminar abrazando al peronismo para siempre.
Es electo como delegado en 1951 y, al poco tiempo fue convocado como colaborador de la Seccional Capital hasta llegar a ser miembro de la Comisión Directiva Nacional.
El derrocamiento del presidente Perón en 1955 lo encontró enrolado en la Resistencia Peronista, decidido a recuperar la democracia y los derechos de los trabajadores. Su lealtad a la dignidad que daba el peronismo lo llevaría a participar de la gran huelga metalúrgica sin haber cumplido sus treinta. La medida de fuerza fue un paro por tiempo indeterminado de la rama ante el avance de la intervención del sindicato y la supresión de derechos laborales y, por primera vez, vive en carne propia la injusticia: es despedido y perseguido por su activismo.
Aún con la proscripción del peronismo, la democracia se instala en 1958 pero las libertades sindicales seguían estando en deuda y para 1959, la CGT convoca a una Huelga General que el compañero Miguel alienta y convoca desde las bases de la UOM. Las consecuencias por su activa participación no tardan en alcanzarlo pues el Ejecutivo decide detenerlo y enviarlo a un penal en la provincia de La Pampa y, también, privarlo de la libertad en el buque prisión Bahía Thetis con amarre en el Río de la Plata.
Ya maduro, a sus 42 años, el 20 de marzo de 1970 es electo Secretario General de nuestra casa, sucediendo al compañero Augusto Timoteo Vandor, su mentor.
Como una película sin fin, los responsables del Golpe Militar de 1976 lo volvieron a perseguir y encarcelar por defender la democracia y las instituciones que hacen a la paz y el desarrollo ante los militares que se apropiaron del poder ilegítimamente.
Nunca dejó de combatir las dictaduras y los atropellos contra los trabajadores y así promovió, desde Las 62 Organizaciones, que representantes de aquellos llegaran al congreso. Fueron más de treinta años los que el compañero Lorenzo Miguel defendió la dignidad de la familia metalúrgica, nunca buscando un cargo político para alejarse de su esencia.
Lo recordamos y honramos siguiendo sus lineamientos cada día y haciendo de su vida nuestro ejemplo.